Portugal eliminará los peajes en la mayoría de su red de carreteras y autopistas a partir del 1 de enero de 2025. Esta decisión marca el fin del sistema de peajes instaurado en 2011, conocido como “scuts”, implementado tras la crisis de 2008 y bajo la intervención económica de la Unión Europea. Con esta medida, el Gobierno portugués busca facilitar la circulación, mejorar la seguridad vial y descongestionar su red viaria, especialmente en aquellos tramos donde no existen alternativas de calidad.

Una medida histórica en infraestructuras

El Gobierno de Portugal ha decidido suprimir los peajes en todas las autopistas interiores y en las carreteras que carecen de una alternativa segura y eficiente. Esta decisión, tomada en junio del año pasado, supone un paso histórico en la gestión de las infraestructuras viales del país, devolviendo a los conductores el acceso libre a vías que durante más de una década estuvieron gravadas.

El sistema de cobro, impuesto por la “troika” comunitaria en el contexto del rescate económico, llegó a ser duramente criticado por ciudadanos y profesionales del transporte, que vieron en los peajes una carga económica injusta y un obstáculo a la movilidad.

Red de autopistas y carreteras beneficiadas

La eliminación de los peajes afecta a importantes tramos de la red viaria portuguesa:

  • A4: Transmontana y Túnel del Marão
  • A13 y A13-1: Pinhal Interior
  • A22: Algarve
  • A23: Beira Interior
  • A24: Interior Norte
  • A25: Beiras Litoral y Alta
  • A28: Miño (en los tramos Esposende-Antas y Neiva-Darque)

No obstante, se mantendrán los peajes en el área metropolitana de Oporto, incluyendo los tramos Esposende-Oporto de la A28 y en las autovías A41, A42 y A29.

Los transportistas españoles celebran la iniciativa

Desde Los transportistas españoles se han mostrado satisfechos con esta medida, señalando que sigue la estela de las políticas españolas de liberar tramos de peajes al vencimiento de sus concesiones. Destacan que la eliminación de los peajes conlleva importantes ventajas como:

  1. Mejora de la seguridad vial: La redistribución del tráfico entre las autopistas y carreteras permite una circulación más fluida y segura.
  2. Descongestión de vías nacionales: Se ha constatado un notable incremento de vehículos particulares en autopistas liberadas, dejando las carreteras nacionales más disponibles para el transporte profesional.
  3. Mayor racionalidad en el uso de las vías: Al desaparecer el factor económico como determinante, los conductores pueden basar su elección en función de la distancia o el destino del viaje.

Además, se subraya que este cambio beneficia especialmente a los vehículos de transporte de mercancías, ya que podrán optimizar sus trayectos, mejorando tiempos y eficiencia en sus operaciones logísticas.

Un modelo a seguir en Europa

Con la eliminación de estos peajes, Portugal marca un precedente en la gestión del transporte y la movilidad, aliviando los costos asociados tanto para particulares como para profesionales. Este modelo podría ser un punto de referencia para otros países europeos que buscan soluciones sostenibles y justas para su red viaria.